sábado, 2 de junio de 2012


 PROMETO

Prometo que seguiré buscando la verdad escondida tras mi camino,
prometo que me levantaré cada día más seguro de que caer
es parte de éste maldito circo,

prometo que seré payaso antes que domador de fieras
porqué la doma nunca formó parte del curso de la  naturaleza,
prometo que la libertad será mi mustia veleta,

Prometo ilusionarme cada día, recuperar la ingenuidad del niño,
prometo ser egoísta sin mucha medida
porqué aprendí que somos nosotros mismos la salida del laberinto,

prometo vaciar mi alma cuando esté copada,
inventar unos versos,
y soñar que cumplo
todo aquello que prometo...


Sergio

sábado, 26 de mayo de 2012

NOTÍCIAS

Un óleo de Silvio sonando de fondo y 80km en bicicleta a las espaldas son la conjugación perfecta para que hoy 26 de mayo me decida a escribir unas modestas líneas en forma de breve resumen de lo acontecido hasta hoy, si más no de mi ruta y mis sensaciones. Estoy en Cafayate al norte de Argentina. Hace más o menos un mes entré a éste enorme país. Atrás deje Bolivia, la selva, el chaco, el hermoso Coroico y oriundo altiplano. Voy en dirección a Buenos Aires pero no tengo ninguna prisa. Paisajes semidesérticos, mujeres lindas, autostop ,largas conversaciones, bicicleta, asados, buena literatura, buen vino... ¿qué más se puede pedir?.
Me despido espero reencontrarme en el blog en menos tiempo que la última vez. Ahí va una fotografía de los valles Calchaquíes... Marte o quizá Arizona...

jueves, 22 de marzo de 2012



MODESTO POEMA PARA EL DIA DE LA POESIA

dedicado a todas las mujeres
que revolotean en mi corazón,
en mi memoria
y en mi ser
Te veo desnuda,
tendida de espaldas
en mis sueños
como el agua tranquila
que brota del manantial.

Debo reconocerlo:
Solo en los momentos vacíos
se abalanzan tus pechos
a exigirme cuentas
y a pedirme algo así como
justícia carnal.




lunes, 19 de marzo de 2012




AREQUIPA: LA CIUDAD FLANQUEADA POR LOS VOLCANES
Arequipa es denominada la ciudad blanca por la singularidad cromática de sus construcciones en sillar, piedra volcánica muy común en la zona. Los colores brillan en cada esquina de la ciudad ofreciendo al paseante una luz única que han sabido captar tantos artistas: pintores, escultores, músicos, escritores. la ciudad blanca ha visto nacer a Mario Vargas Llosa, que aunque pasó aquí unos pocos años de su infancia, en repetidas ocasiones hablará de Arequipa cómo el lugar que más marcó su infancia, sobretodo por las historias y nostalgias de su madre y abuelo obligados a trasladarse a Bolivia cuando Mario era todavía pequeño.
Flanqueada por tres volcanes: El Misti (5823m), el Pichupichu (5600m) y el Chachani (6075m) subirse a un tejado y contemplar los tres volcanes nevados en la lejanía resulta un espectáculo para los sentidos. Cómo cualquier ciudad peruana (y ésta es la segunda más poblada del Perú), pasearse por el mercado de San Camilo y observar el movimiento arítmico de tiendas, puestos ambulantes y personas es un quehacer agotador pero genuino.


Arequipa es la puerta principal para visitar el imponente cañón del Colca, en la misma región. Con más de 3000 metros de caída éste es el cañón más profundo del mundo y cuenta entre su fauna el imponente cóndor andino, uno de los animales más notables y representativos del país no sólo por su tamaño y majestuosidad sino también por ser el más representado entre la simbología precolombina, en el arte indígena rupestre, cerámica y arte téxtil en toda la cordillera de los Andes.  Las aves simbolizan el elemento aire. Las alas y plumas significan un impulso hacia lo alto, y el vuelo es una metáfora de la ascensión y de la libertad. Se considera a las aves como portadoras de mensajes, de buen o mal agüero y por eso los shamanes interpretan su vuelo, y sus plumas son utilizadas en las ceremonias. En América algunas aves como el colibrí, la lechuza, el cóndor andino o el águila adquieren un significado místico. La imagen del cóndor también aparece asociada a las culturas que habitaron los valles Calchaquíes desde La Rioja a Jujuy, Catamarca y noroeste argentino.

Y para acabar, un cuentecito moderno de uno de los grandes, Julio Cortázar:

Cóndor y cronopio

Un cóndor cae como un rayo sobre un cronopio que pasa por Tinogasta, lo acorrala contra una pared de granito, y dice con gran petulancia, a saber:

Cóndor.-Atrévete a afirmar que no soy hermoso.
Cronopio.-Usted es el pájaro más hermoso que he visto nunca.
Cóndor.-Más todavía.
Cronopio.-Usted es más hermoso que el ave del paraíso.
Cóndor.-Atrévete a decir que no vuelo alto.
Cronopio.-Usted vuela a alturas vertiginosas, y es por completo supersónico y estratosférico.
Cóndor.-Atrévete a decir que huelo mal.
Cronopio.-Usted huele mejor que un litro entero de colonia jean-Marie Farina.
Cóndor.-Mierda de tipo. No deja ni un claro donde sacudirle un picotazo


sábado, 3 de marzo de 2012

APARCACARROS


El restaurante Rustika copaba gran parte de la playa de Barranco, construído en apariencia de la madera de más alta calidad, en su interior los más apuestos y adinerados señores contemplaban la puesta de sol desde sus apacibles ventanales tomando un genuino Pisco Sour. Más arriba y cruzando la caótica avenida principal se alzaban imperiosos los modernísmos rascacielos de Miraflores. Hay que decir que no existía arena en aquella parte de la playa, en su defecto uno encontraba piedras redondeadas por la terquedad del oceáno.

T. veía desde el aparcamiento el horizonte deshaciéndose en las nubes bajas limeñas y al fondo la silueta del Frontón, en el puerto del Callao. Algunas tardes, a eso de las doce, el calor era tan insoportable que tenía que gastar un sol en un helado de hielo que le duraba apenas unos minutos. "Dale, dale" era su tonada habitual casi siempre acompañada de unos movimientos circulares y certeros del brazo. "Un poquitín más atrás señor, ahí nomás". Siempre prefería la zona más cercana al Rustiko y en cuánto veía un carro moderno y con los cristales opacos corría vociferando audibles instrucciones. Sabía que probablemente recibiria una buena propina. Siempre había excepciones, pero la mayoria sabían como se las gastaba T. Algún que otro coche de algún conductor despistado o despiadado había tenido que pasar por el taller.

A primera hora tomaba la combi en dirección a Chorillos. Se detenía frente al Estudio 4 y caminaba durante unos minutos hasta la playa. Allá muchas veces ya lo esperaban sus dos compañeros, los cuales respetaban  su zona, pues él era el más veterano de los tres. Muchos días, sobretodo los fines de semana, cuando afluían gran cantidad de gringos y otros especímenes, llegaba antes del amanecer y se sentaba en las bancas de la playa a contemplar, entre el hastío y la resignación, el oceáno coloreado por los primeros coletazos del temible sol limeño. A veces perdía incluso cualquier noción de pensamiento y flotaba en aquél espectáculo natural. 

El sonido del primer motor le despertaba de su letargo existencial y empezaban los correteos, las instrucciones, el sudor y la limpieza de las lunas por cincuenta céntimos más. Ganaba entre treinta y cuarenta soles al día, suma nada irrisoria para un limeño medio. Después de la puesta de sol abandonaba el parking, normalmente antes pasaba por el Rustiko y cambiaba sus monedas por billetes, gesto que agradecian enormemente los empleados del restaurante. El turno de noche empezaba sus correteos. Regresaba con igual resignación pero visiblemente sonriente por su recaptación y porque podria por fin descansar hasta el día siguiente.

A veces volviendo y mirando tras la ventana de la combi que avanzaba furiosa por los bulevares y avenidas , pensaba que al fin y al cabo su trabajo no estaba tan mal, pues era de los pocos limeños que podía decir que tenía unas esplendorosas vistas al oceáno.


LIMA LA GRIS

Así llaman los limeños a su concurridísima ciudad. No os vayáis a pensar, es por su cercanía al gran oceáno pacífico y la brisa que esparce todas las mañanas, cubriendo la ciudad de un manto ténue y grisáceo (quizá la cantidad exorbitada de coches no ayuda). No obstante, no me parece éste adjetivo descabellado para descifrar Lima. El gris resulta de la mezcla de blanco y de negro, o eso creo, no soy un buen conocedor de teorías cromáticas. Lima es blanca por su malecón y la impresionante vista de su oceáno, cuyos atardeceres son únicos; por su colorido victoriano en las fachadas de los barrios más suntuosos, por sus mercados excitadores de sentidos: carne, pescado, sombreros, tigres de juguete, plantas medicinales... todo se une en danza; Lima es blanca por su disparidad, por su condición multiforme, quizá no tanto por sus gentes atareadas y eléctricas. Lima quizá no merece el adjetivo: negra, como cualquier otra gran ciudad sobrevive entre  su tráfico salvajemente astuto, el sonido insistente de los cláxones y otras variantes de audibles angosturas, y el ritmo frenético de una ciudad de más de nueve millones de habitantes, más del treinta por ciento de la población del país. Quizá el color menos blanco se halle alzando la vista desde la antigua estación de ferrocarriles a 5 minutos del centro: centenares de chavelas se alzan en un cerro junto a la suntuosa estampa de la bandera nacional, pobreza amontonada, nada muy diferente a nuestras orgullosísimas y modernas ciudades europeas, quizá nosotros nos hemos preocupado de dispersarlas. Miríadas de turistas atentan su centro acompañados de la ineludible invitación de los meseros: "One Beer aquí señor, ceviche (plato típico del país), chicharrón...". Ésta también es Lima. Lima también es la ciudad de los mil restaurantes de comida casera: sopa, papa y cualquier alimento siempre con arroz y un juguito (Intentaré ir mostrando algunas pinceladas de su gastronomía en algún otro momento). Antigua capital del Virreinato del Perú, cuenta con algunos de los más bellos edificios coloniales del país ,(con permiso de Trujillo) muchos de ellos destruidos por los numerosísimos terremotos que ha sufrido la ciudad a lo largo de su historia. Varias galerias de arte sobretodo repartidas por los distinguidos barrios de Miraflores o Barranco y museos de arte moderno, arte italiano, de numismática antigua, de pintura cusqueña del siglo XVIII y un largo etc. La música en vivo y el rock presentes redondean ésta, mi particular visión de la ciudad, insondable en su vastedad.
Sin duda una ciudad de contrastes.

(Foto: vista de la ciudad desde el puente de Barranco).

martes, 28 de febrero de 2012


VIAJES



por Julio Cortázar


Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".


Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.



(Historia de Cronopios y Famas)
(Foto: no es mía... Playa de Barranco. Vista de los barrios de Barranco y Miraflores)